Restauración de Suelos: Bacterias Extremófilas
El cambio climático está intensificando la frecuencia y gravedad de los incendios forestales. Estos provocan efectos devastadores en los suelos al alterar su composición, estructura, y capacidad de retención de agua. Por otro lado, aceleran la erosión y se libera carbono que estaba fijado en forma de materia orgánica. Debido a esto, la restauración de suelos afectados por incendios y otras perturbaciones ambientales se ha convertido en una prioridad para la conservación de la naturaleza en los últimos años. Recientemente, un equipo de investigación de ARQUIMEA Research Center afincado en Tenerife ha adoptado un enfoque innovador para enfrentar este desafío. Para ello, investigan el efecto de consorcios compuestos por bacterias extremófilas en la recuperación de suelos devastados. Estos microorganismos poseen una resistencia única y excepcional para prosperar en condiciones extremas. Gracias a esta resistencia pueden sobrevivir en suelos degradados mientras los transforman paulatinamente, suponiendo una herramienta valiosísima para su restauración. Área del Parque Nacional del Teide afectada por el incendio de 2023 de Tenerife Las bacterias extremófilas como aliadas en la restauración de suelos El consorcio de bacterias utilizado en este proyecto proviene de diversos puntos de muestreo. Este incluyen localizaciones en la Península Ibérica como Río Tinto o el desierto de Tabernas y diferentes enclaves de las propias Islas Canarias, como el Parque Nacional de Timanfaya o Las Salinas de Fuencaliente. Estos microorganismos han sido seleccionados por su capacidad de desarrollarse en ambientes hostiles y realizar funciones vitales para la recuperación del suelo. El proyecto tiene como objetivos principales restaurar las propiedades físico-químicas del suelo, incluidos los nutrientes perdidos a causa de la incineración u otras perturbaciones. Además, se busca mejorar la retención de agua en los suelos, ya que los suelos afectados por incendios suelen desarrollar hidrofobicidad, donde la capa superficial repele el agua en lugar de absorberla. También se da prioridad a la eliminación de contaminantes que pueden haberse generado por la quema de materia vegetal. Las bacterias extremófilas empleadas en el proyecto son capaces de utilizar subproductos producidos por los incendios y transformarlos en nutrientes esenciales para la recuperación del suelo. La restauración de la capa orgánica del suelo es crucial para fomentar la regeneración de la vegetación y restablecer la biodiversidad del ecosistema. Técnico trabaja en el laboratorio de ARQUIMEA Inoculación experimental de bacterias en suelos Desafíos técnicos y sostenibilidad Un reto significativo en este proceso ha sido la viabilidad económica y técnica del consorcio bacteriano. No basta con tener bacterias que funcionen bien en laboratorio; es crucial que su producción sea sostenible y que su aplicación sea económicamente viable. Los investigadores están trabajando arduamente para garantizar que el consorcio no solo sea efectivo en la recuperación del suelo, sino que también sea accesible y fácil de usar. Aunque el enfoque inicial se centra en suelos afectados por incendios, el equipo también está explorando la aplicación de este consorcio en otros tipos de suelos degradados, incluyendo suelos desertificados, suelos contaminados o como promotores del crecimiento en plantas hortícolas. La adaptabilidad de estas bacterias a diferentes condiciones ambientales es una de las características más prometedoras del proyecto. Indicadores de éxito en la restauración del suelo Además de monitorizar las condiciones ambientales, para evaluar la eficacia del consorcio bacteriano en la restauración del suelo se utilizan varios indicadores. Durante el proyecto, se realiza seguimiento del comportamiento del consorcio de bacterias extremófilas y su interacción con las propiedades físico-químicas del suelo. Algunos de esos indicadores son la actividad enzimática, la disponibilidad de nutrientes y la cantidad de materia orgánica disponible. Paralelamente, se llevan a cabo análisis de contaminantes, especialmente hidrocarburos y otros compuestos derivados de la incineración como los metales pesados, para determinar hasta qué punto han sido eliminados o transformados en nutrientes por las bacterias. Muestras de suelo con y sin inóculos del consorcio de bacterias que sirven como control para medir su efectividad El futuro del proyecto Aunque el proyecto aún se encuentra en fases exploratorias, los resultados preliminares son prometedores. En los próximos meses, el equipo espera poder afirmar con mayor certeza la eficacia del consorcio en diferentes tipos de suelos y en distintas condiciones ambientales. Además, se están explorando las posibilidades de patentabilidad y protección de datos, lo que podría abrir nuevas vías para la comercialización del consorcio bacteriano. Este enfoque innovador podría tener aplicaciones más allá de la recuperación de suelos quemados. Por ejemplo, en suelos desertificados, donde la retención de agua y la falta de nutrientes es un desafío crítico. Las bacterias extremófilas son capaces de mejorar estos suelos al descomponer la materia orgánica, fijar nitrógeno, producir exopolisacáridos que retienen la humedad y estabilizan la estructura del suelo y degradar contaminantes, lo que promueve un entorno más saludable para el crecimiento vegetal. Además, pueden estimular directamente el crecimiento de las plantas mediante la producción de fitohormonas y mejorar la estructura del suelo al formar agregados, lo que aumenta su porosidad y capacidad de retención de agua, ayudando a restaurar la fertilidad y funcionalidad del suelo desertificado. El desarrollo de este consorcio bacteriano representa un avance significativo en la biotecnología aplicada a la restauración ambiental. Con un enfoque en la sostenibilidad y la eficacia, este proyecto tiene el potencial de cambiar la manera en que abordamos la restauración de suelos degradados en todo el mundo. ¿Qué es ARQUIMEA Research Center y qué tiene que ver con Fénix Canarias? ARQUIMEA Research Center es el centro de investigación de ARQUIMEA, empresa tecnológica que opera a nivel global. Inaugurado en 2020 en las Islas Canarias (con sede en Tenerife y Gran Canaria), el centro cuenta en la actualidad con más de 100 personas entre los que destacan más de 75 investigadores, doctores y expertos en tecnologías Deep tech, como la cuántica, biotecnología, fotónica, robótica, nanotecnología, sensores, o inteligencia artificial; y con experiencia en centros y proyectos de investigación de todo el mundo. Se trata de un entorno de innovación y de excelencia a nivel europeo desde el que investigadores senior y junior de todo el mundo desarrollan tecnologías y modelos de negocio disruptivos que servirán